martes, 11 de mayo de 2021

Coyuntura Legislativa y el riesgo para la democracia ecuatoriana.


Luego del panorama electoral que se vivió en el Ecuador, en el que resultó como ganador Guillermo Lasso, el tema que está en la palestra es la gobernabilidad, con un país en grave crisis económica, con necesidades insatisfechas en todos los niveles, con una pandemia agobiante y con una credibilidad por los suelos de los poderes del Estado, el Ecuador necesita de consensos urgentes a lo que claramente la derecha y el movimiento del presidente electo no están dispuesto a llegar. 

Si hablamos de gobernanza, nos centramos en el poder legislativo, esa institución tan venida a menos que ha alcanzado records históricos de falta de credibilidad, esto dado por la falta de liderazgo de quienes han presidido a la Asamblea Nacional, la falta de debate, las grandes tramas de corrupción en las que se han envuelto varios de los asambleístas que fenecen su periodo, han dejado de capa caída a esta entidad que es la máxima expresión de la democracia del país. 

Existen tres grandes fuerzas en el parlamento ecuatoriano, mientras Pachakutik el brazo político del movimiento indígena se disputan el manejo de la agenda legislativa para ubicar en debate temas ambientales y la lucha social, por su parte los miembros del mayoritario grupo de UNES que representan al correísmo buscan impunidad para sus camaradas acusados de dilapidar el patrimonio ciudadano, la derecha con un bloque conformado por el movimiento gobiernista, su férreo aliado socialcristianos algunos independientes buscan hacerse con otras funciones del Estado.

Las conjeturas se atan, la inminente extinción del poder del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social ha abierto el apetito voraz de la derecha quienes pretenden hacerse con la Función Judicial y todos los órganos de control habidos y por haber en la institucionalidad del estado, esta peligrosa jugada le puede costar la gobernabilidad dentro de la legislatura, por un lado el aislamiento de la alianza Pachakutik-Izquierda Democrática puede repercutir en el descontento popular que tomaran a una alianza derecha-correismo como la coalición de la impunidad.

Los ojos se centran en la Asamblea Nacional, su accionar determinará si continúa esos niveles de impopularidad o si se da un cambio radical a una labor que tiene que ser ejemplar para todos los ecuatorianos, hoy se perfilan los nombres para asumir la responsabilidad de presidir una de las instituciones que su reputación ha caído a casi cero, por lo que se necesita liderazgo, experiencia y un vínculo  cercano con el pueblo, por ende si hablamos de un candidato de derecha, no cumple con esas expectativas, mucho menos el correísmo y sus vínculos con la corrupción, por lo que se hace imperiosa la necesidad de un presidente o presidenta que salga de las organizaciones sociales y el indigenismo.

Por: Francisco Mardoqueo, Catedrático y Analista político.